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Microfranquiciada: Alma Iris Garmendia

Alma Garmendia inicio con el programa TecAp en el año 2013, tiene 47 años de edad y vive cerca de la finca la Esperanza en la Comunidad del Terrerio del Municipio de Jalapa.

La venta de artículos depende de la temporada, por ejemplo en tiempos donde no hay mucha cosecha se venden más las lámparas Tipo Vaso o Las Lámparas Estudiantiles ya que son más accesibles aunque solamente funcionen para alumbrar el hogar y no tengan para cargar celulares.

Con la Ganancia compro una Lámpara Cuello de Garza y una Lámpara Estudiantil, ella está dispuesta a continuar en el programa TecAp siempre y cuando este no deje de existir.

Esta de acuerdo con que las reuniones sean mensuales, ella se comunica por medio de su mama o de un amigo que tiene en la zona de Jalapa. Las capacitaciones acerca de diversos temas son muy buenas ya que le permite conocer más a fondo acerca de lo que se está vendiendo.

La decisión de iniciar a vender los artículos solares fue primero consultada con su familia, hoy en día ellos le apoyan con las ventas. Alma ha aprovechado muy bien la oportunidad que tiene de retirar productos en la zona de Jalapa por lo que llama a Sipriana Salgado que funciona como centro de distribución y le solicita los productos que necesita.

Considera muy importante mantener la comunicación entre ella, los intermediarios y TecAp, siempre que vende los artículos ella deposita directamente a la cuenta de IDEAS – TecAp y una vez que hace esto siempre llama al personal para reportarlo, es decir, que la comunicación se mantiene y la idea es continuar así.

Está interesada en recibir más capacitaciones para poder obtener más ingresos y poder solventar las necesidades que tiene dentro de su hogar como por ejemplo el alimento y la vestimenta que son esenciales para una familia.

Piensa continuar trabajando con TecAp y está siempre dispuesta a seguir aprendiendo más y más.

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La energía solar ha mostrado ser de gran ayuda para las mujeres rurales y sus familias

El café de calidad se cultiva en las montañas, a menudo lejos de la red eléctrica nacional. Las mujeres de bajos ingresos y sus familias que han adquirido sistemas solares encontraron tres tipos de beneficios principales. 1) Beneficios para la familia: la salud de la familia mejora al reemplazar las lámparas de queroseno que producen la contaminación tóxica y hollín en su casa. Le permiten a la familia estudiar por la noche y hacer las tareas domésticas y cuidar de los enfermos con más facilidad. Los nuevos electrodomésticos, como licuadoras, ahorran trabajo y tiempo. 2) Las familias ahorran dinero cada mes en viajes para baterías, combustible y tiempo para cargar teléfonos móviles. Estos ahorros pueden ser utilizados para una mejor nutrición. 3) El proyecto ayuda a las mujeres a generar dinero en sus microempresas. Las mujeres que tienen tiendas en sus casas dicen que los vecinos se sienten atraídos por sus tiendas por la noche. Algunos pueden venir a ver un espectáculo en el nuevo televisor de energía solar y terminan comprando su comida. La energía solar puede bombear el agua para la casa, los animales y para regar los cultivos. Esto permite a las mujeres a diversificar sus fuentes de ingresos. Para los pobres, el ahorro de dinero y aumentar los ingresos crea una mejor calidad de vida y ofrece más opciones.

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Nohemí vende productos solares

Nohemí Barahona, de 49 años, es una de las primeras microfranquiciadas vendedora de productos de energía solar en las zonas rurales de Murra, en la frontera con Honduras. Ella vende linternas, teléfonos celulares y cargadores con lámpara. Su comunidad, que una vez fue el escenario de feroz lucha de los “contras”, el grupo rebelde en la década de 1980 que luchó contra el gobierno. Murra es relativamente pacífica hoy, y sus habitantes se ganan la vida principalmente de la agricultura de maíz, frijol y recientemente de café.

Barahona cultiva frijoles y café y también cría animales de granja. Ella es una voz fuerte que aboga por su comunidad. Barahona es una activista y una de los primeras en alzar la voz en defensa de los derechos de las mujeres y las niñas. Ella ayuda y enseña a mujeres que adquieren y crían animales de granja a través de un programa de apoyo del gobierno. Trabaja como voluntaria con el Ministerio de Salud y también supervisa una farmacia comunitaria que suministra medicamentos veterinarios.